Con una historia que se remonta a unos 1000 años atrás, la cerámica bizen o Bizen–yaki en japonés, es una forma de cerámica producida en el área alrededor de la ciudad de Bizen en la prefectura de Okayama.
Como muchas alfarerías regionales, deriva su nombre de la ciudad en la que se produce y depende de los materiales locales para sus patrones y combinaciones de colores únicos, además es una de las formas de alfarería más antiguas de Japón, y cuenta con más de 100 alfarerías y galerías.
La cerámica Bizen comenzó su exposición a partir de fines del siglo XVI, aunque ya se había producido durante un milenio antes; Comenzó con recipientes para almacenar arroz y tazones para moler, sin embargo, cuando la ceremonia del té cambió sus inclinaciones estéticas a utensilios más sombríos y silenciosos, la cerámica Bizen se convirtió en la favorita de los maestros del té.
El método de fabricación es realmente único, ya que no utiliza esmalte. Generalmente, a la cerámica horneada se le da brillo y resistencia al agua recubriéndola con esmalte, pero como la cerámica Bizen no usa esmalte, la falta de brillo da una apariencia rústica simple.
Ya que no se usa esmalte, inmediatamente muestra la buena o mala calidad de la materia prima, por lo que seleccionar una arcilla buena es una de las partes más importantes de todo el proceso de producción. La arcilla utilizada en la cerámica Bizen se extrae de unos tres a cinco metros bajo tierra en los campos alrededor de Bizen, después de haber recolectado dicha arcilla debe estar expuesta al viento y la lluvia durante uno o dos años, mezclándose y adaptándose. Al no aplicarse nada antes de poner las piezas en el horno, todos los colores, texturas y arenilla son el resultado de cómo la ceniza de la madera del horno se derrite en la superficie de cada trabajo.
Aunque parezca que solo implica hornear la cerámica, en realidad hay varios procesos separados que se llevan a cabo lentamente durante un largo período de tiempo para crear estas hermosas piezas de cerámica Bizen. Los artesanos, pasados y presentes, han considerado diferentes formas de adaptarse a las cualidades de esta arcilla, como cocerla en hornos durante mucho tiempo sin tocarla, para desarrollar la vajilla Bizen a lo que es hoy.